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En este blog, el grupo 7 de 2ºBach C del instituto Jaime II compuesto por Lara Alemañ, Beatriz Chavero, Mateo Laverde y Jesus Pagán, trataremos algunos aspectos que sucedieron a lo largo de la Guerra Civil en Alicante.

lunes, 13 de abril de 2015

1- Introducción


La guerra civil ha sido sin lugar a dudas uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea del siglo XX. La guerra comienza con la sublevación militar el 18 de julio de 1936. La sublevación encontró una resistencia importante de aquellos fieles a la republica. Esta sublevación desencadenó una guerra civil larga y cruel que dividió España en dos bandos claramente diferenciados: los sublevados (que luego se llamarían los nacionales)  y los republicanos. 
Durante esta guerra fue decisivo el apoyo por parte de las potencias alemana-nazi y italiano-fascista a los nacionales o sublevados una ayuda mucho más cuantiosa que el que recibieron sus adversarios y que a pesar de que poseían la mayor parte de las riquezas del propio país finalmente el conflicto termino con la victoria de los sublevados y con el inicio de la dictadura del generalísimo Francisco Franco. El periodo posterior a la guerra también fue muy difícil para el país, fue una época de represión, exilio y decadencia para España.
Una vez que se conocen a grandes rasgos las características del conflicto a continuación analizaremos como se vivió la guerra y la postguerra en Alicante desde diferentes puntos de vista para entender la importancia de esta nuestra ciudad en este periodo crucial de la historia de España.

2- Bombardeo del mercado central de Alicante


La mañana del 25 de Mayo de 1938 el mercado central de Alicante se encontraba lleno de actividad, se dice que en ese día había habido una inusual captura de sardinas, en ese mercado se encontraban muchas madres y abuelas que junto con sus hijos y nietos marchaban ha realizar las habituales compras. Entonces llegaron a Alicante un escuadrón compuesto por nueve aviones fascistas italianos que habían despegado desde Mallorca parte del apoyo fascista al poder nacional.
La ciudad de Alicante que había sido bombardeada anteriormente durante la guerra ya contaba con refugios para la población civil. Pero según cuentan los aviones llegaron desde el interior lo que era inusual y las alarmas no sonaron.
Los aviones italianos descargaron alrededor de 90 bombas sobre la ciudad de Alicante centrándose en el casco urbano. El número de muertos se sitúa en 393 (según la documentación del archivo municipal) y 1000 heridos.
Fue según cuentan un bombardeo de castigo con el objetivo de minar la moral de la población ya que el bombardeo del mercado no se pudo ni se puede considerar de ningún modo un objetivo militar.
Este bombardeo del mercado guarda similitud con el que cayó sobre la ciudad de Guernika en el país Vasco provocando entre 120 y 300 muertos y que se llevó a cabo con el mismo fin que el de Alicante. El horror de dicho ataque fue capturado en el cuadro del mismo nombre de la ciudad del artista Picasso y que muestra lo terrible y lo inhumano de este acto.
Actualmente en la plaza de las flores en la parte trasera del mercado de Alicante se encuentra una plaza conmemorativa en homenaje a las víctimas de este ataque. El memorial consta de nueve placas, representando a los nueve aviones fascistas, noventa puntos negros, uno por cada bomba, y 330 lucecitas rojas que se iluminarán a la hora del bombardeo, representando a las víctimas de este terrible suceso.

3- Campo de los Almendros



Estas imagenes corresponden al lugar actual donde estubo el campo de concentración de los  Almendros.







Tras la Guerra Civil, para agrupar a la gran cantidad de republicanos capturados, las autoridades franquistas de Burgos crearon en toda España 72 campos de concentración y batallones disciplinarios, una docena de estos se encontraban en Alicante.

Crearon campos de concentración y prisiones improvisadas en los Almendros, Albatera, Plaza de Toros de Alicante, Castillo de Santa Bárbara, Palacio de Altamira de Elche, Convento de las Comendadoras y Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela, fábrica La Estambrera y Hospital El Sueco de Alcoy, cine Cervantes y colegios Eliseo Verdú y Padre Manjón de Elda; y la plaza de toros de Monóvar, entre otras poblaciones alicantinas, con el fin de perseguir a todas aquellas personas cuyos pensamientos fuesen contrarios al régimen, por ello la mayoría de concentrados en el campo fueron militares republicanos, algunos lograron exiliarse a Orán, pero la gran mayoría de personas no lo lograron muchas de ellas fueron asesinadas o llevadas a campos de concentración que se extendían a lo largo del país.

De entre todos estos campos de concentración uno de los más importantes es el Campo de los Almendros, este fue un campo de concentración creado al finalizar la Guerra Civil Española  por el bando sublevado. Se encontraba en el término municipal de Alicante, España, a unos tres kilómetros del casco urbano, próximo a La Goteta .



Este centro de concentración era provisional, hasta que se determinara a los distintos lugares iban a ser dispersados los apresados, por lo que su duración fue breve. Sin embargo, se configuraron duras escenas en el campo, ya que las cifras de los concentrados que pasaron por este campo se aproximaba a las 30.000 personas aproximadamente, el sistema de higiene se reducía a la nada y la alimentación era muy escasa, casi inexistente. Fue el de Albatera el campo de concentración más terrible de los “nacionales”. Con anterioridad, había sido llamado de Los Almendros, al ser utilizado por la II República para los militares y políticos capturados por sus ideas afines a la sublevación, como ya hemos comentado anteriormente.


Ejemplo de campos concentración
Todos los prisioneros, sin excepción posible, vivieron un auténtico calvario de enfermedades, durmiendo la mayoría en el suelo y con el cielo como techo, en un espantoso hacinamiento por culpa del hundimiento final de la República y la falta de previsión de los vencedores de la guerra civil. Los más afortunados lograron sobrevivir para ver las desgracias de sus compañeros: más de 600 ejecutados sin juicio por la Falange y muchos más muertos de hambre y sed. Se dieron además muchos casos de torturas. La ira de los seguidores del dictador se cebó dentro del recinto de Albatera en una parte de los restos del Ejército de la República “ como ya hemos dicho anteriormente las personas que no consiguieron el exilio, fueron las víctimas que sufrieron las consecuencias”.

4- Castillo de Santa Bárbara como cárcel en la Guerra Civil


Desafortunadamente, la información que a día de hoy podemos encontrar del Castillo de Santa Bárbara como cárcel durante la Guerra Civil no es mucha y en su gran mayoría esta información se ha obtenido fuentes orales, es decir, de testimonios de gente que vivió esta situación.



A finales de marzo de 1939, la ciudad de Alicante se convirtió en una gran prisión que encerraba a republicanos y millares de personas que buscaban el exilio.Edificios y lugares públicos, como el Castillo de Santa Bárbara o la Plaza de Toros, se convirtieron en improvisadas cárceles que albergaban, además del sentimiento de derrota y desesperación, unas condiciones y un trato que apuntaban al conocido carácter represivo del nuevo régimen franquista. El castillo sirvió como alojamiento para enfermos por la peste y el cólera y sobre todo como prisión donde primero se recluyeron a prisioneros afines al bando Nacional, y posteriormente a prisioneros afines a la Segunda República, la mayoría procedentes del puerto de Alicante y del campo de concentración de Los Almendros.



En la cárcel provisional instaurada en el Castillo estuvo bajo la custodia de soldados italianos y marroquíes. Se encargaban de despojar de todas las pertenencias a los presos y ademas de eso tambien se encargaban de vigilar que no establecieran contacto. En los primeros días del Castillo como cárcel había pocos presos, ya que mientras subían, algunos soldados se dedicaron a dispararles. La mayoría de los presos del Castillo llegaron una semana después, ya que eran algunos de los supervivientes del campo de los almendros, que solo duró una semana debido a las malas condiciones, así informaron los mismos soldados.



Además en el castillo de Santa Bárbara se puede encontrar grabadas inscripciones en el suelo y paredes rocosas, estas grabaciones pertenecen a prisioneros sublevados y republicanos durante la guerra civil española acontecida hace ya casi 70 años. Algunas de las imagenes que hemos podido encontrar por Internet sobre este tema son estas, además es interesante ver como se han conservado y como los presos eran conscientes de que debían pasar a la historia y ser recordados.


TESTIMONIO DE UN PRESO:


"nuestra desesperación llegó hasta tal punto que recuerdo que un día llegó un grupo de falangistas de un pueblo de Huesca a la busca de un paisano internado en el castillo. Pero como estaba sin afeitar, cubierto de arapos, piojos y sarna, no lo reconocieron. Sin embargo, identificaron a otro preso a quien golpearon delante de todos, con una saña tal que, incapaz de aguantar el dolor, delató a su compañero. Este, al verse descubierto, se arrojó al pozo con ánimo de ocultarse. Allí permaneció muchos días, medio muerto. De aquel pozo contaminado y repleto de cieno, bebíamos agua insalubre que nos originaba colitis y disentería.”


Como vemos, la gran mayoría de la información que hoy en día tenemos es gracias a los testimonios de las personas que vivieron estas situaciones además de la escasa información que se recoge en Internet. Hace ya mas de 70 años que esto sucedió y por tanto no hay mucha gente viva que puedan trasmitirnos por lo que pasaron por eso es siempre interesante, poder escuchar esas "historietas" de nuestros mayores para que no se pierda parte de nuestra historia.

5- Fusilamiento de Primo de Rivera


José Antonio Primo de Rivera, hijo mayor de Miguel Primo de Rivera que había sido presidente del Directorio entre 1923 y 1930, siguió en parte los pasos de su padre, ya que fue  el creador y líder del Partido  Falange Española. Jose Antonio Primo de Rivera cursó sus estudios de derecho hasta el final y una vez acabada su carrera, inició sus primeros pasos en la vida de la política del lado, por supuesto, de la derecha reaccionaria y contrarrevolucionaria. Comenzó participando en 1930 en el proyecto político de la Unión Monárquica Nacional donde obtuvo el cargo de vicesecretario general del partido. Creó más tarde el Movimiento Español Sindicalista que daría paso al futuro partido de la Falange Española, que fue fundada finalmente en el Teatro de la Comedia  de Madrid, el 29 de octubre de 1933.

En noviembre de ese mismo año el partido ya obtuvo su escaño en las Cortes. Este partido comenzó con muy pocos apoyos, por lo que el líder del partido buscó apoyos entre los que iban en contra de la Repúbica. Primo de Rivera, lanzó el partido con carácter insurreccional, quería llevar a cabo un golpe de estado. Estuvo mucho tiempo elaborando planes para que cuajase el golpe de estado. 

El 8 de marzo se concretó el plan para lanzar el golpe de estado encabezado por el general Sanjurjo y el 14 de marzo se encarceló a Primo de Rivera por posesión de armas en la cárcel de Madrid y el 5 de junio fue trasladado a la cárcel de Alicante. A través de cartas y de visitas a su celda. dirigió a la Falange tratando de llevar la iniciativa en la insurrección. Se puso en contacto sobre todo con Mola, a quien encargó dirigir la insurrección.
Finalmente cuando se produjo el 18 de julio de 1936 la insurrección, Primo de Rivera seguía encarcelado en Alicante y llevaba tiempo preparando su posible fuga de aquel lugar pero nunca lo consiguió.
4 meses antes de la muerte de Primo de  Rivera cambió su pensamiento defendiendo el fin de la guerra mediante un acuerdo entre ambos bandos, el republicano y el nacional. España se deshace decía, y la única manera de parar esto es mediante el cese de esta guerra que les llevaba a la ruina. Pero los planes que este proponía no fueron nunca aceptados por el gobierno de la república. Se piensa que si se hubiera seguido los consejos de Primo de Rivera los problemas que la Guerra Civil trajo consigo, nunca se habrían producido.
Su situación en la cárcel vino a agravarse cuando se descubrieron en su celda dos pistolas y cien cartuchos. Se les incomunicó del exterior, a él y a su hermana, no podían recibir correo ni prensa y mucho menos escuchar la radio, privilegios que antes no se les privaba.
Con el comienzo de la guerra civil comienzan los intentos para canjear a Primo de Rivera. Una petición para llevar a cabo la liberación de este llega a Prieto, quien propone liberar a José Antonio a cambio de  30 presos en manos de los nacionales y 6 millones de pesetas.
Franco lo acepta pero finalmente Prieto le informa que el plan es prácticamente imposible debido a que los anarquistas que controlaban la cárcel donde Primo de Rivera se encontraba, no dejarán nunca a este en libertad.
Los intentos de liberación continuaron y se propone canjear a José Antonio por un hijo de Largo Caballero, aunque esta operación era la que parecía que tenía más posibilidades de no fracasar, terminó fracasando como todas las anteriores.
 Por último Queipo de Llano a pesar del enfrentamiento que había tenido anteriormente con Primo de Rivera, entregó una gran cantidad de dinero para conseguir liberar a este, pero tampoco lo consiguió.
Finalmente el 20 de noviembre llegó el día del fusilamiento de Primo de Rivera, acusado por encabezar la insurrección, lo que entonces era motivo de fusilamiento.
A las 6 de la mañana de aquel día a su hermano Miguel que estaba preso en esa misma cárcel, se le comunicó que su hermano iba a ser fusilado, Miguel fue a visitarle a su celda, como este había pedido antes de su fusilamiento. Al despedirse se abrazan y José Antonio le dice a su hermano unas palabras en inglés: «Help me to die with dignity». (Ayúdame a morir con dignidad).
 
José Antonio vestía con  una chaqueta gris sobre un mono azul y un abrigo de color claro.
El fusilamiento se llevó a cabo en el patio de la enfermería de la cárcel de Alicante, donde se preparó un piquete de ejecución, formado por 12 hombres. Seis de ellos pertenecientes al quinto regimiento y seis milicianos de la FAI. Además en ese mismo patio se encontraban unos guardias de asalto para colaborar si hiciera falta. Primo de Rivera llegó al patio sobre las 6 y media de la mañana de aquel día, pero no llegaba solo, además venían con él dos falangistas y dos carlistas.
José Antonio se dirigió al sargento de la guardia de asalto , y le dijo: «Como siempre que se fusila se derrama sangre, yo quisiera que se hiciera desaparecer la que yo vierta para que mi hermano no la viera». A continuación se dirigió a los 12 hombres que iban a disparar y les preguntó preguntó: «¿Son ustedes buenos tiradores?», le respondieron obviamente que sí.
 Entonces el sargento dio la orden de disparar. Sonaron doce disparos.

Los cadáveres fueron trasladados en una ambulancia al cementerio de Alicante. Se enterraron en una fosa común sin mortaja ni ataúd. El cadáver de José Antonio recibió el número de orden 22.450 de la fosa común número 5, fila 9.ª cuartel número 12.
Antes de su fusilamiento entra en la capilla y pide un confesor, que será el sacerdote
José Planelles Marco, Era sacerdote de Aigües, natural de Sant Joan d'Alacant, y no se le conocía cargo político alguno. Aunque tenía libertad para salir de prisión, no lo hizo y fue ejecutado 9 días después que José Antonio por lo que su secreto de confesión nunca se supo, pues murió con él.
Una vez llevado a cabo el fusilamiento el comandante militar de Alicante, coronel Sicardo, recogió todas las pertenecías de José Antonio que se encontraban en su celda y se los envió a Prieto. Entre estos objetos se encontraban varias prendas de ropa recortes de periódicos, y lo más importante el testamento de José Antonio. Una copia del mismo fue remitida a Serrano Suñer, cuñado de Franco.
Franco manda recuperar el cadáver de José Antonio y se lleva (a pie y en silencio) hasta Madrid, dónde es enterrado en el Campo de Concentración para "rojos" llamado "El Valle de los Caídos".

6- Final de la guerra en el puerto de Alicante


La Guerra Civil Española, tuvo grandes repercusiones en Alicante aunque durante la guerra fuera más que una ciudad en el frente, fue una ciudad de retaguardia. Pero a pesar de esto en el frente lucharon y murieron gran cantidad de jóvenes alicantinos.Como era una ciudad de retaguardia gran cantidad de edifcios de la ciudad se conviertieron en hospitales para cuidar a los heridos durante la guerra, además se acogía a miles de refugiados que huían de las ciudades donde Franco ya hacía llegado.

Las repercusiones en la ciudad comenzaron nada más estallar la guerra, con el fusilamiento del 20 de noviembre de 1936 de Primo de Rivera, líder de la Falange Española José Antonio Primo de Rivera. Este hecho tuvo una trascendencia nacional y marcó a Alicante, deshonrándola durante muchos años.

Durante la guerra, la vida política e institucional alicantina estuvo en manos de los partidos “marxistas”, socialistas y comunistas, acompañados de los anarquistas, y de algunos republicanos. La razón fue que, al estallar la guerra, se produjo una revolución igualitaria de carácter proletario que recorrió desde la economía, pasando por las instituciones políticas, hasta llegar a la ideología y las costumbres. Las divisiones y enfrentamientos fueron casi permanentes en Alicante durante la Guerra Civil. Alicante había sufrido demasiados bombardeos durante la guerra y como consecuencia de esto y de los enfrentamientos que tuvieron lugar en nuestra ciudad Alicante se encontraba en un estado trágico al final de la guerra, siendo la última ciudad donde los republicanos resistieron, todas las ciudades republicanas habían caído ya, y la única que quedaba era Alicante, pero las malas condiciones de esta debido a las consecuencias de la guerra, y sobre todo la gran falta de alimentos, no ayudaron a que Alicante resistiera ya no se podía evitar más dolor y la ciudad Alicantina se rindió. Fue en el puerto de Alicante donde la república vio sus últimas horas, pues corrían rumores de que tras el golpe de estado fracasado de Casado, en el puerto de Alicante las tropas franquistas permitirían a cualquier persona que quisiera exiliarse y abandonar España, entonces toda controlada por Franco. Como consecuencia de este rumor se concentraron en el puerto de Alicante gran cantidad de refugiados, que intentaban huir del ejército de Franco esperando barcos para exiliarse y no soportar la represión que les esperaría en aquel país controlado por Franco, donde los republicanos no iban a tener un buen papel. Se calcula que fueron entre 12000 y 15000 personas, aunque algunos autores nos hablan de cifras de hasta 30000.

El problema es que la república no contaba con esa gran cantidad de barcos para trasladar a todas las personas que se habían concentrado en el puerto. Los republicanos solo podía contar con la ayuda naval de Francia y Gran Bretaña, sin saber nada de la URSS que siempre había estado dispuesta a ayudar a la república. 

El 28 de marzo llegaron al puerto de Alicante dos barcos:
El viejo carbonero inglés Stambrook, con su capitán, Andrew Dickinson que se aventura y burla el bloqueo de la escuadra franquista. Este consigue embarcar nada menos que 2638 pasajeros entre los cuales se encontraban 2.240 eran hombres y 398, mujeres; 147 eran niños, de los cuales 15 eran menores de un año y de entre éstos, algunos eran recién nacidos. El Stambrook zarpó el 28 de marzo a las 11 de la noche.

El Maritime, también británico, muy diferente del anterior pues su capitán sólo aceptó 37 pasajeros y zarpó prácticamente vació.Tras la marcha del Stanbrook, quedaron atrapadas allí unas catorce mil personas republicanas.El intento de otros barcos como el Winnipeg y algunos mercantes franceses por llegar al muelle y trasladar a las personas allí atrapadas, fue fallido, pues fueron detenidos. 

Estas promesas hacia los republicanos de que podría exiliar no eran más que una táctica de los falangistas para mantener a los republicanos en calma y sobre todo desarmados. 

Los últimos republicanos refugiados en el puerto tenían la esperanza de salir en un barco que nunca llegó. La desesperación por el barco que no llegaba hizo que muchas personas allí refugiadas se quitasen la vida. (entre 22 y 136 según diversas fuentes).

Ante la larga espera de un barco que nunca llegaría , la ciudad finalmente fue ocupada por las tropas italianas de la División Littorio, al mando del general Gastone, el jueves 30 de marzo de 1939. Estas tropas rodean con sus armas lo que queda de la República. Entonces los derrotados comienzan a romper los documentos que acreditan su filiación, ya no son nadie. Ya no hay salida. De esta manera la ciudad de Alicante se convirtió en una gran prisión.

El día 31 llegaron al puerto dos barcos pero se trataba de dos barcos nacionalistas (el canarias, y el Vulcano) que desembarcaron soldados. Los republicanos prisioneros, fueron trasladados a un campo de concentración, los almendros, situado entre la Goteta y Vistahermosa, donde vivieron en unas pésimas condiciones sin comida e incluso sin agua durante poco menos de unas semana, pues fueron trasladados a varias cárceles y al campos de concentración de Albatera. Mientras, otros republicanos prisioneros eran encerrados en los castillos de Santa Bárbara y San Fernando, en la Plaza de Toros, en algunos cines, en la Escuela de Ciegos y en el Reformatorio de Adultos.

7- Últimos días del gobierno de la República




A finales de agosto de 1936 la república se vio acosada por la política de no intervención de Francia y reino unido , mientras que los rebeldes recibieron de inmediato la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista. Se hizo precisa la formación de un gobierno de coalición capaz de conciliar los experimentos revolucionarios del sindicalismo y la necesidad de reconstruir el Estado republicano y centralizar los recursos para ganar la guerra.
Largo caballero formó un gobierno al que se incorporaron socialistas, republicanos, comunistas y nacionalistas catalanes y vascos. El nuevo gobierno decidió su traslado a Valencia  el 6 de noviembre  ; fue una salida precipitada que dejó la defensa de la ciudad en manos de una junta de defensa. El poder de los comunistas creció porque la república solo contó con la ayuda soviética y la llegada de las Brigadas Internacionales.
Los objetivos del gobierno se centraban en reconstruir los poderes del estado republicano , frenar la revolución y transmitir una imagen de la república aceptable a los ojos de las democracias europeas. Se formó el ejército popular de la república y un nuevo estado mayor central. Sin embargo, se avanzó poco en la reconstrucción de un poder único capaz de centralizar los recursos y dirigir la política de guerra.
Pero el desencadenante definitivo de la crisis fueron los enfrentamientos iniciados en Barcelona , que estallaron cuando la generalitat y el PSUC trataron de recuperar el control de las comunicaciones y el edificio de la telefónica , que estaba en manos de los comunistas , anarquistas y del POUM . En el fondo se trataba de una lucha por el poder , en la que republicanos y comunistas se oponían a los ideales revolucionarios de los sectores más radicales de la CNT; fuerzas de la guardia de asalto, con el apoyo de militantes del PSUC , lograron el control de la ciudad.
La mayoría de los dirigentes socialistas y los comunistas emprendieron una ofensiva contra un Largo Caballero prácticamente aislado. El nuevo gobierno de Negrín dependió del difícil equilibrio entre las fuerzas más importantes : los comunistas y los socialistas.
Reforzó el ejercito y unificó los planes militares bajo un solo mando. En segundo lugar, intentó organizar una industria de guerra , lo que supuso ,entre otras consecuencias, que el POUM fuera ilegalizado.
En el ámbito de la política exterior , el gobierno de Negrín intentó conseguir un cambio en la política internacional de no intervención y el apoyo de las potencias democráticas europeas ; pero ante el rumbo de la guerra estallaron las tensiones y provocó la ruptura de los socialistas y republicanos con los comunistas.
Por otro lado Negrín formó un nuevo gobierno y expuso su programa en los llamados trece puntos con los objetivos de la guerra. Negrín confiaba en que Francia y reino unido presionasen sobre las potencias fascistas para que forzasen a Franco a negociar una paz sin represalias ni fusilamientos o bien en resistir a la espera del estallido de una guerra mundial.  Sin embargo, estas esperanzas se frustraron tras el pacto de Munich de 1938 y la derrota republicana del Ebro en noviembre de 1938; por lo que Azaña , el gobierno de Negrín y el presidente de la generalitat se exiliaron a Francia.
En enero de 1939 Negrín regresó, instaló su gobierno en Elda y defendió , apoyado por los comunistas, una política de resistencia para alargar el conflicto ante el estallido de una guerra mundial y así encontrar aliados  a favor de la república y para ello redujo sus trece puntos a tres.
Para entonces , las derrotas del Ebro y Cataluña, el reconocimiento del gobierno de Franco por parte de Francia y reino unido, la dimisión de Azaña como presidente de la república al día siguiente de este reconocimiento, y la difícil situación de la retaguardia , con falta de alimentos básicos y hambre , aceleraron la desmoralización de la población y de los jefes militares y los dirigentes socialistas y republicanos . Tan sólo Negrín con su lema “resistir es vencer” y los comunistas, defendían la necesidad de resistir hasta el final.
Más tarde, Casado, se enteró de las intenciones de Negrín de entregar los mandos del ejército a militares comunistas, y por esta razón el 5 de marzo el coronel Segismundo Casado daba un golpe de estado contra lo que quedaba de la II República y creó un Consejo Nacional de Defensa (CND). Poco antes, también se había sublevado la base naval de Cartagena, huyendo y cortando  toda posibilidad de evacuación masiva. Madrid se convirtió entre el 5 y el 13 de marzo, en el centro de la pequeña guerra civil, dentro de la Guerra civil.
El objetivo del Consejo Nacional de Defensa, era expulsar a los comunistas del Frente Popular y pactar con Franco el final de la guerra.
Ante la desesperada situación, Casado ordena a Cipriano Mera acudir en su ayuda. Negrín y los principales mandos comunistas observaron que la victoria de Casado era irremediable por lo que deciden marcharse de España y huyen hacia Francia y hacia África en aviones desde el aeródromo de Monóvar en Alicante.
La conclusión de la sublevación de Casado es que la guerra acabó igual que empezó: con la rebelión de una parte del Ejército y los partidos políticos contra un Gobierno considerado revolucionario.
Durante las negociaciones de la Junta del coronel Casado con el Cuartel general de Franco se habló de la evacuación al extranjero de cuantos quisieran marcharse. El plan consistía en que los fugitivos se reunieran en los puertos del Mediterráneo para ser evacuados en barcos franceses e ingleses. Desgraciadamente, no se realizó, ni los que quería pudieron llegar a los puertos de Alicante y Cartagena, ni los esperados barcos llegaron a nuestros puertos.
El 26 de marzo. el general Franco comunica a Casado que sólo aceptará la rendición incondicional. El principal objetivo de Casado, una paz generosa sin represalias, no se pudo lograr. Al día siguiente Franco lanzó la "La Ofensiva de la Victoria", prácticamente no halló resistencia y el ejército franquista tomó Madrid .
El 30 de marzo. Casado huye de España desde Gandía junto a la mayoría de los miembros de la Junta de Defensa Nacional, a bordo del buque inglés “Galatea.
Los restos del ejército de la República, agolpados en los muelles del puerto de Alicante, se rinden a los nacionales después de algunos suicidios. 
El 1 de abril de 1939, Franco firmó el comunicado que daba la guerra por terminada. Para los republicanos había comenzado los años de exilio y represión. Realmente la guerra terminó, quince días después, cuando la Guardia Civil, destituyó, en la Alpujarra Almeriense, a los últimos alcaldes del Frente Popular que quedaban en activo.
Ocho meses después de terminada la Guerra Civil, las cárceles españolas estaban abarrotadas con 270.000 presos, la mayoría de ellos políticos. Durante los años siguientes, los tribunales militares dictarían unas 50.000 penas de muerte, de las cuales se cumplieron la mitad. Tanto la República como la Revolución habían sido derrotadas y la era de Franco había comenzado.
Así concluyó la guerra civil española ;La sociedad española no había sido más conflictiva que otras europeas, ni el enfrentamiento entre españoles fue más sanguinario o violento que otros. Lo peculiar de nuestra historia es que se produjera una guerra civil en una fecha tan tardía. El triunfo franquista no significaría una etapa breve de gobierno reaccionario, ni una simple derrota pasajera. Sería el fin de todo lo que la clase obrera y la burguesía de izquierdas habían conquistado durante décadas así como el aplastamiento de las libertades.

Tal vez , esto fue consecuencia de un enorme retroceso.